lunes, 23 de marzo de 2015

Didier Garaven


Didier Garaven (Tabasco, 1984). Licenciado en Ciencia Política y Administración Pública. Ha publicado narrativa en la revista Morfo Vitae, gaceta Enlace Universitario, en los libros-plaquet Un tajo de placeres mundanos (2003), Bajo la sombra se cobija el fango (2004), Donde dios apagó su linterna (2006) y ¡Cuentos, joven! Muestra de autores tabasqueños (2012). Autor del libro de cuentos Por amor a Dumbo (IEC, 2013). Primer lugar en el Certamen Estatal de Cuento con motivo de la Feria Tabasco 2013. Colabora en publicaciones periódicas de corte político y cultural. Mediador de lectura. Docente de enseñanza secundaria en el área de Sociales. Incursionó en el ámbito teatral con la Compañía Ejército de Liberación Neuronal, como actor y en planta técnica.



La foto

El periódico se vendió como de costumbre; esa vez compró uno. Eran comunes las imágenes de muertos, sangre y desnudos. Reconoció a su novia. No cabía duda: era ella.
No pudo evitar el pensamiento de que mucha gente, al verla, tendría deseos de poseerla, y que algunos qui­zá hasta colocarían la hoja en la pared; mas se conten­tó con lo que el periódico prometió pagar por la foto.


Historia de poder

En Cuba Fidel pronunció: “La Historia me absolve­rá”. En la Tierra fueron tantos los sometidos a juicio que la Historia no tuvo tiempo de absolverlos a todos.


Polvo somos

Las ventanas y la banqueta están llenas de polvo. En la sala, las alcobas y la cocina todo está sucio. ¿Es que no vive nadie aquí? Sí viven, y el polvo los molesta y aturde, y porque los molesta y aturde no quieren ocu­parse de él.


Culpa del amor

Por culpa del amor, Hernán se apartó del mundo. La amada, conmiserándose, fue a buscarlo. Eximieron faltas y se unieron. La tumba de ella está embarazada.


La cena

Durante la cena, el Sr. Ministro contó:
—Antes de hacernos de carne, nos elaboraban de adobe. De ahí se conserva la aseveración: ‘Somos polvo’. El motivo del cambio de material es que los cuerpos eran frágiles, se desmoronaban al mínimo roce. Se sustituyó la materia prima, mas no se resolvió el problema de la debilidad.


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