UCH, también conocido como Héctor Marcial
Ugalde Corral, nació un día del año 1957 en la Ciudad de México. Estudió la
Licenciatura en Informática con especialidad en Ciencias de la Computación en
UPIICSA, IPN. Escribió en la revista Personal
Computing México por cuatro años (1994 a 1998) la columna mensual "El
lado oscuro" sobre virus y seguridad, de manera amena y en forma de
diálogos entre un usuario, un cracker y un hacker. En esta revista, además le
publicaron cuatro cuentos de ciencia ficción. Fue editor del año 1996 al 2001
de la primera revista sobre Internet en México Link La guía para navegar Internet de editorial Sayrols. En el 2008
realizaron un cortometraje sobre una adaptación de su cuento de ajedrez
"Mi turno".
Sintetiza en breves
palabras su pasión por los temas que lo obsesionan: sueños (y despertares),
recuerdos (y olvidos), espejos, laberintos, ajedrez, el amor, la música, la
vida y todo lo que se le atraviese en la curiosidad, por lo que tiene también
blogs especializados en libros desplegables pop-up y en placas de autos entre
otras muchas cosas que lo hacen vivir feliz para casi siempre.
¡No es lo que parece!
—¡No es lo que parece! —dijo el espejo, al ser sorprendido en su primer acto irreflexivo.
Pasatiempo reflexivo
Le gustaba jugar a encontrar las diferencias entre el espejo y la realidad.
Observaba
concienzudamente el mundo real y lo iba comparando detalladamente con la imagen
reflejada en el espejo.
Disfrutaba
enormemente el ir marcando pacientemente las diferencias con tinta indeleble.
Así, el mundo se iba
llenando gradualmente de más marcas e imperfecciones, y se iba alejando más y
más de la imagen perfecta e inmaculada del espejo.
¿Le temes a la obscuridad?
—¿Le temes a la obscuridad?
La pregunta provoca
que recuerde el cuerpo postrado en la cama en aquella habitación siempre entre
las sombras. La mano colgando, que yo abrazaba y que me acariciaba. La voz que
sonaba más débil, aunque todavía con fuerza...
—¿Le temes a la
obscuridad?
—No —contesto—. Mi
abuelo vive ahí.
Destino inevitable
Él moreno. Ella rubia de ojos azules.
Ella directora de una
empresa transnacional. Él desempleado.
Él apenas terminó la
educación primaria en escuela pública. Ella estudió un doctorado en una
universidad extranjera.
Ella estrenando un
Mercedes Benz del año. Él milagrosamente avanzando en su Vocho de 1985.
Él por la calle de la
amargura. Ella por la calle de la soledad.
Ella distraída por su
llamada por celular. Él absorto en los rayos de sol que se filtran por las
nubes.
El choque era
inevitable...
Había una vez... Una...
Había una vez... Una, porque dos sería una historia repetitiva.
Un rey. Uno, porque
dos sería la guerra.
Quien estaba casado
con una reina. Una, porque dos sería un drama.
Tenían una hija
princesa. Una, porque dos sería un lío.
La que estaba
enamorada de un caballero. Uno, porque dos sería telenovela.
Al que le pusieron la
condición de matar a un dragón. Uno, porque dos sería labor titánica.
El héroe tuvo una
idea. Una, porque dos sería mucho pedirle.
La de usar una espada
mágica única. Una, porque dos ya no la harían única.
Con la que le quitó
la vida al dragón. Una, porque el dragón no era gato.
Entonces se realizó
la boda. Una, porque dos sería delito.
Y vivieron felices
para siempre. Uno, porque dos siempre sería algo así como dos infinitos.
(Aunque sí fueron felices los dos).
FIN. Uno, porque dos
finales sería cerrar el final abierto.
Noticia de última hora
Contacto: hugalde@gmail.com
7 comentarios:
Jajaja, ese micro de había una vez... Una! Me alegro la mañana. Son fascinantes los temas que fascinan a este autor. Saludos.
Muy merecida la inclusión de éste maestro contemporáneo de la letra breve pero hypercargada de contenido. Bravo.
me gusta...
Muy buenos textos, una manera muy personal de ver la vida, con un humor peculiar.
Una, que no dos, porque dos sería redundante, forma muy peculiar de hacer literatura.
Felicidades y gracias.
Hola,y felicidades al autor,me gusto "No es lo que parece", a mi tambien me gustan los libros pop-up,y la musica pop-rock.tambien sigo su blog.
Jorge morales
Mil felic Dadas, que orgullo
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