domingo, 3 de junio de 2012

Angélica Santa Olaya


Angélica Santa Olaya nació en 1962 en la ciudad de México. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Colectiva, con mención honorífica por la ENEP Acatlán, UNAM y Maestra en Historia y Etnohistoria, con mención honorífica por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Becaria del Consejo Nacional para el Consejo de la Ciencia y la Tecnología (CONACYT) programa 2008-2010 para realizar la Maestría en Historia y Etnohistoria con la tesis “Futuros vasallos de la monarquía española. Textos para niños novohispanos en la segunda mitad del siglo XVIII”. Egresada de la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Forma parte del Diccionario Biobibliográfico de Escritores de México del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Ha trabajado en radio, televisión y prensa escrita. Formó parte de un grupo de teatro independiente y estudió pintura. Obtuvo el Primer lugar en dos concursos de cuento breve e infantil en México (1981, con el diario El Nacional y 2004, dentro del programa Alas y Raíces a los niños del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato) así como también el Segundo Lugar en el V Certamen Internacional de Poesía "Victoria Siempre 2008" celebrado en Entre Ríos, Argentina, por su poema Dos más una, ocho.
          Ha participado en diversos encuentros literarios en México, Argentina, Brasil, España, Cuba y Uruguay. Ha sido publicada en una veintena de antologías latino e iberoamericanas de cuento, poesía y teatro. Autora de Habitar el tiempo (Editorial Tintanueva, México, 2005); Miro la tarde (Editorial La Rana, Guanajuato, 2006); El Sollozo (Ed. Tintanueva, México, 2006); Dedos de agua (Ed. Tintanueva, México, 2006); El lado oscuro del espejo (Editorial La Bohemia, Argentina, 2007), Del aprendizaje del aire (Editorial Fivestar, Brasil, 2009) como traductora en coautoría con Tanussi Cardoso y Leo Lobos, Árbol de la Esperanza (miCielo Ediciones, México, 2011, 1ª. Edición / Catarsis Literaria El Drenaje, México, 2011, 2ª. Edición) y Sala de Esperas. Cuentos y un pilón. (Eterno Femenino Ediciones, México 2012). Las dos últimas antologías en que ha sido publicada (2009) provienen de España e Italia.
          Ha participado, también, en revistas electrónicas de Chile, Brasil, Uruguay, Cuba, España, Italia, Argentina (AXXÓN, Revista de Ciencia Ficción, Químicamente Impuro y Breves no tan Breves), Venezuela, Panamá, Rumania y México así como en las revistas impresas Alforja, Solar, Navegaciones Zur, El Universo del Búho, Parteaguas, Archipiélago, El puro cuento, Plan de los pájaros, Yuku Jeeka, Registro, Ritmo, Oráculo, Grietas, Rojo Siena, Letras en Rebeldía, AM, Cultura de Veracruz, Papalotzi, Castálida, Convocatoria, Chispas para la Inteligencia (CONAFE- donde formó parte del Consejo Editorial), Alas para la Equidad (CONAFE- donde coordinó y participa de una serie de once artículos con motivo del Bicentenario de la Independencia y Revolución Mexicanas publicados a lo largo del 2010), Fórnix (Perú) y Nord Literar (Rumania); periódicos El Nacional, Milenio Diario, La Jornada, Periódico de Poesía (México-UNAM), Carajo (Chile) y Panorama da Palabra (Brasil) entre otras. Su obra ha sido traducida al rumano, portugués e italiano. Su poemario Rumor de Arcilla se encuentra en proceso de publicación en Nueva York a través de la editorial Homo Scriptum. Es profesora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Miembro del Círculo Internacional de Literatura Vanguardista LALUPE.



De mitos a mitos

El sacerdocio de las mujeres no puede ser, porque no es divino, señaló el clérigo rascándose el ombligo. Cibeles, desde arriba, reía y arrojaba el cordón umbilical del hombre a los leones.


El creyente

No moría de hambre. Tampoco de sed. No necesitaba nada más que sueños para hibernar en el limbo. Eso sí, cada día se levantaba y bebía una fuerte dosis de imágenes deseadas mezcladas con un poco, pero sólo un poco, de sal. Meneaba con la cucharilla… bebía… y comenzaba su diaria tarea de sonreír. Un día, otro que tampoco era hombre, pero decía que lo era y que estaba escrito en un libro de dos mil páginas, dijo que el libro se había aburrido de decir que el limbo existía y que otros se lo creyeran. Así que aquel tomó su quebrantada fe y se introdujo, con todo y zapatos rotos, en el mundo de los humanos.


Aclarando la vista

Cuando la estrella tuvo frente a sí el espejo no vio nada. Tomó el cepillo y lo pasó por sus cabellos poco a poco. Algo de brillo cayó al suelo. La imagen se aclaraba en el espejo.


Ciudad

Tiembla, camina y se contonea. Recoge por igual flores y escupitajos que le lanzan al pasar los trashumantes. Esos que al bajar la luna se meten bajo su falda de concreto y esconden la nerviosa risa de los temores. Al amparo de la oscuridad muerden las lentejuelas del negro vestido y recuerdan el olor agrio del pecho que una vez los amamantó. Duermen las farolas y ella se saca de encima a los hijos que salen, pululan y le echan en cara las afiladas uñas y las piernas al aire. Peligrosa, prostituta y dispuesta a todo, ella sonríe en un rojo escarlata y se prepara a envolverlos con sus brazos de carnívora y aromada madreselva. Ella sabe que la luz y la oscuridad vienen siempre de la mano.


Trueque

—Me llamo Alicia. ¿Y tú?
          —Dorothy.
          —Si me das tus zapatos rojos te doy mi reloj ahogado en una taza de té.
          —¿En una taza de té? ¿Quién querría ahogarse en una taza de té?
          —Algún “alguien” inglés, supongo. ¡Vamos! Es más seguro este reloj que tu camino amarillo.
          —¿Y para qué quiero yo un reloj ahogado en una taza de té?
          —Para que el tiempo no pase. Así podrás jugar con tus amigos todo lo que se te antoje.
          —Está bien.
          Alicia, ingenua, calzó los zapatos rojos de la bruja del Este sin saber que en el país de las maravillas no había caminos amarillos y Dorothy, que se quedó sin amigos porque nadie la reconoció sin sus zapatos rojos, caminó descalza, por Kansas, durante toda la eternidad.


Página web: Alicia la necia

2 comentarios:

lucerobalcazar dijo...

HERMOSAS, HERMOSAS MINIFICCIONES Angélica...acá te dejo una de nosotras las MUJERZOTAS...ABRAZOS...

Estaba escrito que:
Eva fuera Ave
y Adán fuera Nada

L.B. Huixquilucan Edo. de México, 1993.

lucerobalcazar dijo...

Estaba escrito que: Eva fuera Ave
y Adán fuera Nada...