Armando Alanís (Saltillo, 1956) ha escrito, entre otros libros, el volumen
de microrrelatos Fosa común (Ediciones Fósforo, 2008). Su
novela más reciente es Las
lágrimas del Centaturo, sobre
el mítico Pancho Villa (Planeta, 2010). Tiene inédito un segundo volumen de
brevedades, La vida difícil
del hombre invisible, y
prepara una nueva novela. Forma
parte de la antología de minificción mexicana Alebrije
de palabras: Escritores mexicanos en breve (BUAP, 2013) Como buen norteño, es
hombre de pocas palabras. Su último libro de minificciones es Narciso, el masoquista (Cuadrivio, 2015).
Decálogo del perfecto minificcionista
1.
Una palabra vale más que mil palabras.
2.
Las primeras palabras de una minificción están
en el título.
3.
Toda minificción es una novela pero no la
sinopsis de una novela.
4.
Ni puntos suspensivos ni comillas ni cursivas ni
signos de admiración.
5.
Evita el final sorpresa al menos que no puedas
evitarlo.
6.
El humor y el ingenio son tus amigos, pero
también pueden ser tus enemigos.
7.
Si puedes, encierra en la celda de una sola
frase el principio, el desarrollo y el final de tu historia.
8.
Dialoga con los clásicos, no con tus
contemporáneos.
9.
Mejor pronombres que nombres.
10.
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