martes, 30 de abril de 2013

Agustín Monsreal (4)








En un principio fue el cuento
Por Heliogábalo Basílides

El cuento tiene de todo y para todos, como lo demuestra la siempre ingeniosa voz popular en dichos, refranes, aforismos, lugares comunes y otras expresiones coloquiales por el estilo, de manera que el cuento es y está en todas partes. He aquí algunos ejemplos:

—Cuento eres y en cuento te convertirás.
—De tal cuento tal cuentista.
—Todo cabe en un cuentito sabiéndolo acomodar.
—Cuento que nace torcido ni como novela endereza.
—Todos los caminos conducen al cuento.
—No hay cuento que por bien no venga.
—Vale más cuento en la mano que mil historias volando.
—No tengo un cuento donde caerme muerto.
—Cada cuento un amor,
—El que mucho abarca poco cuenta.
—El buen cuentista donde quiera cuenta.
—La cuentista de los huevos de oro.
—Nunca acaricies un cuento porque lo vuelves un cuento vicioso.
—El cuento con sangre entra.
—Sangre, sudor y cuento.
—El que a buen cuento se arrima, la brevedad lo cobija.
—Más vale cuento que dure que novela que canse.
—El cuento es de quién lo trabaja.
—A fuerza ni los cuentos entran.
—Cuentos le pido a mi Dios, y a los contadores nada.
—Ajonjolí de todos los cuentos.
—A la mejor cuentera se le va un cuento entero.
—Aquí sólo mis cuentos truenan.
—A las mujeres bonitas y a los cuentos buenos, los echan a perder los novelistas.
—Al buen cuento darle prisa.
—¿Hubo alguna vez once mil cuentos?
—Al cuento lo que pida.
—Al cuento lo que es del cuento.
—Algo se saca del cuento que se mete.
—Amarren a sus novelas porque mi cuento anda suelto.
—Por sus cuentos los conoceréis.
—El que esté libre de cuentos que arroje la primera piedra.
—Perdónalos, Señor, no saben lo que cuentan.
—Dejad que los cuentistas se acerquen a mí.
—Cuento viejo, ni te olvido, ni te dejo.
—Andar como el diablo, de cuentero entre los muertos.
—Antes de entrar a las espinas del cuento, ponte los huaraches.
—Apenas están saliendo del cascarón y ya quieren poner cuentos.
—Apenas les dicen mi alma y ya quieren su cuento aparte.
—Como el apóstol 13, cuenta y desaparece.
—Aquí fue donde el cuento torció el rabo.
—Arrancada de cuentista brioso y llegada de novelista manso.
—Cuentista somos y en el cuento andamos.
—Asustarse con el cuento del muerto.
—Atáscate ahora que hay cuento.
—Nomás les dan cuento con el dedo.
—Aunque sean de la misma escuela, no es lo mismo cuento que novela.
—A ver de qué cuentos salen más ideas.
—A ver si como dicen cuentan.
—Ay cuento como me ha puesto: seco, ñango y descolorido.
—Ay cuento no te revientes que es el último jalón.
—Cuentos tienes y con ellos te entretienes.
—Cuentista de buró.
—Botellita de jerez, todo lo que cuentes será al revés.
—Buscar cuento rogando a Dios no encontrarlo.
—Cuentito de batalla.
—Cuento, mujer y escopeta, a nadie se le prestan.
—Cada quién cuenta con las mentiras que tiene.
—Cada quién es dueño de hacer de su cuento un papalote.
—Cuento con piquete.
—Calandrias, cuenten o les apachurro el nido.
—Cuenta y no llores.
—Con el cuento que cuentes serás medido.
—Cuento, maroma y teatro.
—Atrás de la raya que estoy contando.
—En tierra de narradores, el cuento es rey.
—Cómo te quedó el cuento.
—Como cuento chillador.
—Como ya he contado, sé lo que es la eternidad,
—Con el cuento en un hilo.
—Con el cuento atravesado.
—Con el cuento y un ganchito.
—Te agarré con mis cuentos en tu masa.
—Con los cuentos por delante.
—Primero cuento que mujer.
—Con qué ojos divino cuento.
—Con un cuento por detrás y otro por delante.
—El cuento es oro.
—Cuento de tentación y final de arrepentimiento.
—De ese cuento pido mi limosna.
—De noche todos los cuentos son pardos.
—Despáchate con el cuento grande.
—Échate ese cuento en la uña.
—El cuento es como la argolla, no se le ve la punta.
—El cuento y el cariño no han de ser recalentados.
—Cuento que relincha es que le aprieta la cincha.
—El que da y quita con el cuento se desquita.
—En comer y contar todo es empezar.
—El cuento sale para todos.
—En la casa del cuentista, la novela pasa pero no entra.
—Los lunes ni los cuentistas ponen.
—En tiempos de inflación, hasta el cuento sube.
—Es bueno el cuento pero no tan ancho.
—Este cuento ya se coció.
—Es el mismo cuento nada más revolcado.
—Cuento, caballo y mujer por la raza se han de escoger.
—A mí cuéntame en cristiano.
—Hacer caravana con cuento ajeno.
—Hasta lo que no cuenta le hace daño.
—El cuento nunca pierde y cuando pierde arrebata.
—Puro jarabe de cuento.
—Cuentito nuevo en qué libro te pondré.
—Ponme tu cuento aquí Macorina.
—Se me llenó el cuento de piedrecitas.
—El cuento con botas.
—Blanca nieves y los 7 cuentos.
—Un rincón cerca del cuento.
—La cuentista Rebelde.
—La noche del cuento triste.
—De esos cuentos mansos líbrame, Señor.
—Para subir al cuento se necesita…
—Cuento que tiene desquite, ni quien se pique.
—Cuentos pero no revueltos.
—El mejor cuento se me está echando.
—El cuento no es como lo pintan.
—El cuento no es como la preñez, que dura nueve meses.
—Le corre cuento por las venas.
—Lo que la boca dice el cuento lo sostiene.
—Lo que se ha de contar, que se vaya imaginando.
—Los cuentistas son de palo.
—Al que le quede el cuento que se lo ponga.
—Cuentito de agua dulce.
—Al cuento hay que encontrarlo hasta en la sopa.
—Me lleva el cuento.
—Más sabe el cuento por bueno que por cuento.
—El cuentaquedito.
—Muero el cuentista se acabó el cuento.
—Navega con bandera de cuentero.
—Que no le den chiste por cuento.
—El cuento no come gente.
—Es cuento pero es verdad.
—Nunca falta un cuento para un aburrido.
—No digas de este cuento no he de aprender.
—No hay cuento que por mujer no venga.
—No le amarraron los cuentos de chiquito.
—No necesita guajes para contar.
—No cuenta lo recio sino lo tupido.
—No vengo a ver si cuento sino porque cuento vengo.
—Ahora me cuentas o me dejas como estaba.
—Cuento dado ni Dios lo quita.
—Cuento de segunda mesa.
—Poco se me hace el mar para hacer un cuento de agua.
—Poner cara de cuento.
—Pues en qué cuento vivimos.
—Qué cuentas que adivinas.
—Qué lindo es mi Dios cuando lo visten de cuento.
—Que te mantenga el cuento.
—Que la boca se te haga cuento.
—Quien de su cuento se aleja no lo encuentra como lo deja.
—A ver quién me quita lo contado.
—Cuento, pero no de todos.
—Sacar al cuento de la barranca.
—Sacar los cuentitos al sol.
—Cuentistas juntas sólo difuntas.
—Se encontró la horma de su cuento.
—Cuenta Aristóteles que un buey voló; como puede que sí puede que no.
—Me lleva el cuento.
—Se me hace cuento la boca.
—No hay que contar primero sino hay que saber contar.
—Me costó un cuento y la mitad del otro.
—Se pasó de cuento.
—Será novela/será poesía/será mi cuento del otro día.
—Siempre se sale con su cuento.
—Si el cuento fuera tiña.
—Si no cuenta no magulle.
—Sobre el cuento las coronas.
—Solitas bajan al cuento sin que nadie las arree.
—Sólo que mar se seque no le contaré sus olas.
—Sudando el cuento gordo.
—Más vale aquí cuenteó que aquí murió.
—Tendrás quien te quiera pero quien te cuente no.
—Tendré malos ratos pero no malos cuentos.
—Te quiero más que a mis cuentos viejos.
—Me traes por el cuento de la amargura.
—Tú contarás muy bonito pero a mí no me diviertes.
—En este mundo traidor/nada es verdad ni es mentira,/todo es según el color/del cuento con que se mira.
—Le dieron un cuento de su propio chocolate.
—Un cuento pegó un reparo y en aire se detuvo;/hay cuentos que tienen madre,/pero éste ni madre tuvo.
—Nadie sabe el cuento que tiene hasta que lo ve plagiado.
—Se quedó para vestir cuentos.
—Lleva los cuentos por dentro.
—Ya ni las cuentas.
—Contar a fuego lento.
—Si no puedes con el cuento, únetele.
—Y sigue el cuento dando.
—En fin, que el cuento no tiene fin.

Revista El Cuento No. 132. Enero-Marzo 1996.



3 comentarios:

Alfonso Pedraza dijo...

Como lo dice Heliogábalo Basílides, el cuento no tiene fin, y al leer esta gran lista… dan ganas de agregar unos propios.

—De la mente a la boca; se cae el cuento.
—Cuando despertó, el cuento aún no se le ocurría.
—Cuento editado ni Dios lo corrige.
—¡Recuéntame!
—No por mucho madrugar se escriben mejores cuentos.
—A qué le tiras cuando cuentas mexicano.
—Ande yo contando y ríase la gente.
—¡Hombres necios que acusáis, a los cuentistas sin razón!
—Al séptimo día, empezó el cuento.
—El cuentista por su propia letra muere.
—Cuento soy y cuento siempre seré.
—No contaban con mi cuento.
—Al mal cuento, buena papelera.
—Cada cuento es un mundo.
—Contando se van las penas.
—Quien no cuenta, otorga.

Y así, podremos contar hasta el infinito, al fin y al cabo:

—Habemus cuentos.

Rubén Pesquera Roa dijo...

En boca cerrada no entran cuentos.

Edith Vulijscher dijo...

De tal cuento tal minicuento