sábado, 29 de marzo de 2014

Mario Sánchez Carbajal


Mario Sánchez Carbajal (Ciudad de México, 1983). Estudió el diplomado de creación literaria en la Escuela de Escritores de la Sogem. Ha publicado cuento y poesía en revistas como Lenguaraz y Picnic. Fue becario del Fondo Nacional para la Culturas y las Artes, Jóvenes Creadores, en las áreas de novela y cuento. Trabaja como editor y corrector de estilo. Ganó el Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri 2013, con el libro La línea de las metamorfosis (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2013).



Niñas

Cuando éramos niños nos daba mucho asco y mucho miedo. Estaba viejo y solo. Vivía envuelto en harapos y apestaba a orines. Por ahí rumoreaban que se tragó a sus hijas y que por eso se había vuelto teporocho.
Una vez yo estaba formado en la cola de las tortillas y me llegó un olor asqueroso, como al camión de la basura. Me volví para ver de dónde emanaba aquella pestilencia y me topé con él. Lo vi a los ojos y sentí en la panza un vacío como si estuviera cayendo desde la azotea del edificio más alto de la ciudad, y casi me orino del susto cuando en el fondo, muy en el fondo de aquellos ojos rojos, alcancé a mirar un par de niñas pequeñas.


Los mancos y la viuda

Todos mis chamacos me salieron con esa mala costumbre de comerse las uñas, los dedos, las manos... ¡Igualitos a su padre!


Hambrientos

Los mandaron a la luna sin comida ni agua. Deseaban que se murieran de inanición durante el viaje o apenas llegando al satélite.
Cinco de ellos llegaron vivos y hambrientos. Apenas tocaron suelo firme se tiraron pecho a luna para darle una mordida al piso. Les supo bien y siguieron devorando desesperados.
Desde el planeta Tierra podía verse, aquella noche, las migajas que caían del cielo como lluvia de estrellas.


Declaración

Gustavo caminó hasta el sitio exacto y aún confirmó que se tratara de la distancia prudente. Plantó los pies y se irguió. Decidido. Seguro. Sin miedo. Carraspeó para aclarase la voz: “¿Quieres ser mi novia?”, dijo con timidez; “¿quieres ser mi novia?”, preguntó con voz firme; “¿quieres ser mi novia?”, espetó con un tono resuelto y una voz clara y poderosa. Entonces resolvió dar el siguiente paso y acercó lentamente sus labios al espejo.


La noticia


...llegará el día en que el hombre
se estrelle contra un foco
como lo hace el zancudo
enajenado por su íntima naturaleza
y alguien tendrá que avisarle
que se ha calcinado.

Amparo Arcos

El hombre había estado días completos frente a la televisión. Su mujer no dejaba de llorar en el cuarto de al lado; el llanto se escuchaba lejano como el aleteo de un ave que se marcha. En la pantalla el noticiero de las nueve informó de un accidente en la carretera. El reportero dio los nombres de los muertos. El hombre escuchó su nombre y el nombre de sus hijos. Un ruido a sus espaldas lo distrajo. Asustado volvió la cabeza hacia la cocina. Los niños salían de puntas, sigilosos como fantasmas y cargando un cartón de leche que habían tomado a escondidas.

3 comentarios:

rubén dijo...
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rubén dijo...
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Edith Esquivel dijo...

Me gustaron mucho, en especial la del espejo... ¡quién no ha ensayado algún episodio romántico! Saludos.