sábado, 17 de marzo de 2012

Román Guadarrama


Román Guadarrama (Nueva Rosita, Coahuila, 1963), es licenciado  en Lengua  y Letras hispánicas y maestro en Letras españolas por la UNAM.  Estudió Arte dramático en el Instituto Andrés Soler de la ANDA. Trabajó varios años como actor en distintas compañías de la Ciudad de México. Incursionó en el medio editorial donde laboró en empresas como Británica, Patria, Grijalbo y McGraw Hill. Ha impartido clases de teatro, lengua y literatura. Publicó el poemario Los ojos de los sueños (Arlequín, 2007) y Memorias de un gasero (Consejo Editorial del Estado de Coahuila, 2009) y el libro de minificción La paradoja de los dioses (Universidad Autónoma de Coahuila, 2011).



Incitatus

El caballo de Calígula se puso de mal humor cuando le fueron a decir que había sido nombrado cónsul por el emperador: sabía que la política era trabajo para mulas.


El rey sabio

El rey Seleuco supo que su único hijo estaba enamorado  de su madrastra, tanto que dejó de comer para morir de hambre.
            Entonces el monarca tomó una decisión más que sorprendente: anuló su matrimonio, casó a su hijo con su exesposa, evitó la infidelidad, salvó a su heredero y siguió manteniendo relaciones sexuales con su exmujer.


El gallo de la Pasión

Cuando el gallo de la Pasión de Cristo regresó al gallinero, impuso la abstinencia sexual obligatoria, como una práctica necesaria para impulsar la vida religiosa, la senda espiritual. Las gallinas aceptaron de pico para afuera. Desde esos días remotos los gallos llevan la cresta.


El mejor crítico

Nunca pudo leer El Quijote de la Mancha, pues le aburría mucho. Pero por asuntos académicos, sí devoró prólogos, artículos, libros, notas, ensayos, revistas, páginas de Internet sobre el libro de Miguel de Cervantes. El profesor está considerado el mejor crítico de esa gran novela.


La infancia del verdugo

Desde niño no dejaba títere con cabeza…


1 comentario:

Alfonso Pedraza dijo...

Ha sido un gusto conocerte Román. He disfrutado leer tus minitextos. Se nota el esmerado trabajo de escritura y que divierten al máximo por su punzante ironía. Los recomiendo ampliamente.
Saludos
Alfonso