Javier Reséndiz, Ciudad de México.
Este era un capitán
Este era un capitán
con fama de corsario
que trepado en la vela remaba
como polizón de su propio barco.
Venta de garaje
—¡No, por favor! ¡No hagas eso! ¿Quién mejor que yo para procurarte fantasías y un mágico mundo en el acto?
—Lo lamento —le contestó Alicia al conejo—, pero ya estoy cansada de tus prisas y precocidades. Quiero calidad; y para lo que me das, prefiero al gato.
El viaje
Viajó hasta ese rincón del universo para protestar ante Él por las miserias humanas y para hacerle entender que las diferencias de color entre los hombres eran causa de los sentimientos de superioridad, de ambición, de envidia y de temor, provocando con ello que se mataran entre hermanos.
Y en representación de la humanidad gritó de frustración. Gritó de dolor y gritó de impotente enfado ante lo que acabó por comprender en ése sitio; pues en vez de encontrarse cara a cara con un ser divino ―un ente descomunal―, sólo vio un trono de piedra que los eones habían derruido y entre los restos encontró un polvoso cartel que decía:
“SEDE OFICIAL DE LA DIVINIDAD”
―VACANTE―
Otros tiempos
En los tiempos de María Soledad habían tres premisas, de las cuales, dos, eran las más importantes: ir a misa los domingos, no permitir que las sábanas amanecieran manchadas de sangre —si se era soltera— y no aporrear al marido en caso de descubrírsele infiel.
También había una nutrida reglamentación sobre las buenas costumbres, además de prohibiciones impuestas por la “Liga de la decencia” a toda mujer honorable, pero por sobre todo a las casaderas. A saber:
Las medias de seda sólo estaban bien para las putas, cachondear en la mesa —relamiendo la cuchara al tiempo de lanzarle furtivas miradas al caballero en cuestión— también sólo era correcto en caso de ser puta y ni qué decir sobre fantasear acerca de obtener placer durante el coito, pues eso, redundando, sólo era cosa de putas.
Y aunque en su pueblo no hubo sino hasta mucho tiempo después una casa de citas, cuántas vírgenes y no vírgenes había en esos tiempos, sí señor, que lo hubieran dado todo por adelantarse a la inauguración y sentir por las noches como una puta.
1.- Cada paso que das en la oscuridad, te lleva hacia la luz que iluminará tu horror.
2.- “Soy una muñeca, la muñeca de cada uno de ustedes. Soy lo que ustedes quieren que sea [...] Soy su juguete... Háganme la pregunta que deseen pero de antemano les digo que la respuesta no será mía sino de ustedes.” (Vislumbres de la India, Octavio Paz).
3.- “No vienes a tomar una decisión, sino a entender por qué la tomaste.”
(The Oracle, Matrix).
2.- “Soy una muñeca, la muñeca de cada uno de ustedes. Soy lo que ustedes quieren que sea [...] Soy su juguete... Háganme la pregunta que deseen pero de antemano les digo que la respuesta no será mía sino de ustedes.” (Vislumbres de la India, Octavio Paz).
3.- “No vienes a tomar una decisión, sino a entender por qué la tomaste.”
(The Oracle, Matrix).
Son las 4:30 de una tarde de verano. Tienes ocho años y dibujas una selva prehistórica llena de dinosaurios. Tomas el lápiz de color rojo y coloreas con él los ojos del Tiranosaurio. Te alejas unos centímetros y asientes. Sí, ese color le va que ni pintado.
Son las 11:10 pm. Estás en la calle, tienes veinte años y esperas en la oscuridad de la noche mientras aspiras la nicotina de un cigarrillo. Te recargas en la pared, levantas tu pie izquierdo y lo plantas sobre ella. Das una última calada y avientas lo que queda del cigarrillo. Acompañas con la vista su trayectoria. Va dando giros en el aire, pega en el poste de la luminaria, cae al piso y finalmente lo ves desaparecer por la alcantarilla. Hace frío, el cielo está limpio y se pueden ver todas las estrellas.
Nuevamente son las 4:30, en esta ocasión a.m. Tienes 53 años y dentro de treinta minutos sonará tu despertador. Pero el teléfono se le adelanta. Te saca de tus sueños el repiqueteo. Soñabas con malvas y con puentes sobre un río de color ámbar. Levantas el auricular y una voz burocrática te da el parte antes de que salga en las noticias matutinas. Tu hijo fue asesinado en un pleito de tránsito al poco de salir de un evento.
Miras la punta encendida del cigarrillo, pero no la ves a ella, lo que ves es uno de los ojos rojos de un Tiranosaurio hambriento y voraz que te tiene contra la pared y te vigila al acecho. Lo avientas y es tu vida la que miras desaparecer por la alcantarilla. El cielo está cerrado, nuboso. En tu mente timbra incesante el repiqueteo del teléfono y, cada que levantas el auricular, en lugar de exclamar ¿Aló?, preguntas ¿Por qué?
Están sucediendo cosas
En su inicio fue un acontecimiento difícil de digerir para muchos de nosotros y lo calificamos como un acto más de la charlatanería comercial que nos abrumaba por momentos en aquella época...
Con el tiempo fuimos asimilando que era verdad y nos acostumbramos a la idea de que no estábamos solos, al grado de considerar aburrido y hasta fastidioso tener que convivir con formas de vida alienígena, pues entendimos que no sólo han existido desde siempre, sino que, como se constató poco después, nos atiborran en número incuantificable...
(en especial si tomamos en cuenta a los miembros de esa extraña especie que son como corpúsculos energéticos casi indetectables para la vista y cuya cantidad es prácticamente infinita)
...y que están presentes en todos nuestros actos de vida, desde el nacimiento hasta la muerte, sin que podamos hacer nada para evitarlo.
Es decir, nos miran cuando nos bañamos, cuando hacemos el amor, cuando asesinamos y hasta cuando nos suicidamos, sin dejar de lado cuando realizamos nuestras ceremonias más sagradas, de las cuales no entienden ni siquiera un ápice partido por la mitad y a las que, a pesar de ello, presencian con morboso deleite.
Aún así, nos gustara o no, con el correr de los meses nos habituamos a su descarada estancia entre nosotros y llegamos a creer que ya habíamos visto lo más increíble, así como experimentado lo peor que pudiera ocurrirnos desde que el mundo es mundo.
Sin embargo, a últimas fechas, han estado corriendo rumores muy fuertes y cada día son más los humanos y alienígenas crédulos que se reúnen en el desierto; pues, según dicen, se han avistado ángeles deambulando por allí...
Sitio web: http://www.aullido.com.mx/
Saludos, llegué acá por casualidad. Apenas leí este primer post, pero ya quedé enganchada. Así en corto, el caballero Javier con fama de corsario navega viento en popa.
ResponderEliminarA pesar de la desesperada búsqueda de ayuda por parte de una entidad extraterrestre, no sabemos si nos escuchan, o si les importa un bledo nuestra problemática.
ResponderEliminarOscuras mitologías nos presentan los medios, paranoias de marcianos mariguanos.
Aplíquense a salvar al mundo los interesados, desarrollen la compasión y la caridad por los menos privilegiados.
No destruyan ,ni esclavicen ,ni maten.
Si algún terrestre o extraterrestre lee esto, les agradezco ésto.