miércoles, 26 de junio de 2013

Alexandr Zchymczyk


Alexandr Zchymczyk nació un 3 de julio de 1983, bajo el signo del cuervo. Su historia puede resumirse en 29 años de vagabundeo por la vida. Ha publicado cuentos cortos y algunos poemas en diarios y revistas locales. Actualmente escribe de noche trabajando horas extras.


Paranoia regresiva

Uno de los pasajeros notó que los números que veía desde su ventanilla entraban en una cuenta regresiva: una casa tenía el número 7, un anuncio el 6, una banca 5, la calle 4…
—El camión va a chocar— le dijo a su compañero de asiento, quien sólo le dirigió una mirada interrogante. A empujones pidió la parada, bajó del autobús y cruzó la calle horrorizado. El camión que lo atropelló tenía placas con terminación doble cero.


Cuento

Estoy perdido en el desierto. Creo ver una ciudad en el horizonte, pero mis sentidos fallan y dudo de ellos; puede ser un espejismo. Cuando por fin llego a la entrada del pueblo, encuentro un letrero grabado en la roca que advierte: “Esta ciudad no es un espejismo, es un cuento”.


Ignorancia

En vida fui un laureado poeta. Estimado por todos en mi tierra, le escribí su oda al amor, su canto a la mujer, al héroe su epopeya. Le dediqué por completo mi alma al ejercicio de la poesía. Y vengo a enterarme ahora, después de pasar mi vida entre letras, que la prueba de admisión al cielo es un examen de aritmética.


De parranda

Luego de su célebre victoria en Troya, Ulises se sintió con todo el derecho de tomar unas largas vacaciones, así que zarpó junto con su tripulación dispuesto a recorrer los siete mares. Pasó diez años celebrando magníficas veladas y gloriosas bacanales. Hasta que un día, sin darse cuenta, desembarcó en Ítaca, su isla natal. La Odisea es sólo una excusa presentada para calmar a la furibunda Penélope.


4 comentarios:

Marina dijo...

Disfruté mucho tus micro relatos, son muy buenos, te felicito.

Unknown dijo...

¡wow!...

Alexandr Zchymczyk dijo...

Oh gracias, se escribe lo que se puede.

Edith Vulijscher dijo...

Me han gustado todos pero el que más disfruté fue Ignorancia. Y el último es un claro ejemplo de la importancia de un buen título en un minicuento, es el que le da todo el sentido. Lo felicito.